Adios Necaxa

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El sabado pasado en un partido sumamente aburrido y que en ningun momento mostró que se estaba jugando el descenso de un equipo con una historia imporante dentro del balompié mexicano. El Necaxa oficialmente es equipo de Primera División A al perder 1-0 frente a su hermano mayor; justo castigo para un equipo que desde su cambio a Aguacalientes perdió su identidad y nadie, ni directivos, ni jugadores ni técnicos hicieron algo para revertir la situación.

El que fuera llamado el equipo de los noventa se extinguió. Yo me hice seguidor del Necaxa durante ese periodo; me tocó ver a ese equipo lidereado en la banca por Manuel Lapuente (cuando la senilidad no había llegado a su vida) con Nicolas Navarro en la puerta, la defensa con el legendario "Cuchillo" Herrera (como olvidar esa final frente a Cruz Azul en la que neutralizó a Zamora), el "Picas Becerril", Octavio Mora, en la media cancha el seleccionado Alberto García Aspe, el "Ratón" Zarate, Ignacio Ambriz y uno de los extranjeros más rentables que han llegado a este futbol, Alex Aguinaga. Finalmente en la delantera estaban los letales Ricardo Pelaez y el ídolo de mi niñez: Ivo Basay. Un verdadero cuadrazo.

Se dice que ganar campeonatos es la mejor forma de hacerse de una afición y en el caso de los Rayos esto fue verdad ya que si bien tenía una historia respetable nunca sobresalieron demasiado. Realmente recuerdo con cariño esos tiempos en los que era dominante, me estremezco al recordar esa final ante el Cruz Azul (curiosamente el equipo que actualmente sigo) y lo fea que estuvo la segunda que le ganó al Celaya. Como gritaba cada uno de los goles de Basay, las jugadas del ratón o las atajadas de Navarro. En verdad fueron momentos muy padres porque le iba a un equipo ganador, un equipo con jugadores que entendían que se debían de romper el alma en la cancha, que para lograr el éxito no basta un buen partido, que la afición merece respeto y que lo minímo que pueden hacer los jugadores es tratar de brindar un buen espectáculo.

Sin embargo y como le pasó esta temporada al San Luís, un manoseo de los directivos hizo que este equipo fuera destazado para reforzar al América. Ese fue un suceso que me provocó un coraje impresionante y que es que era el momento en que el futbol era una parte muy importante de mi vida. Con todo el dolor de mi corazón, decidí que si a los que dirigían al Necaxa no les importaba su equipo, a mi menos como seguidor. Y así en 1996 tome la decisión de no ser más un hincha (la utilizo para no ser reiterativo con la palabra porque me choca usarla) de los Rayos.

Aunque tiene muchísimos años de todo este asunto, el hecho de que descendiera me dio cierta nostalgia y es una pena que lo que sucedió con el Necaxa sea una muestra de lo pésimo que se maneja en futbol en este país.

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