Dentro de los muchos proyectos cinematográficos que se cocinan me llama la atención uno en particular debido a que es la adaptación de una caricatura que capturó mi atención desde que tenía 10 años, cuando descubrí por televisión las aventuras de un pequeño niño con gran fuerza y mucho corazón quien se embarcaba en la busqueda de las llamadas esferas del dragón.
Dragon Ball fue una serie que tuvo su origen en el manga creado por el legendario Akira Toriyama publicado en Shonen Jump entre 1984-1995 y que tuvo tres fases: se relata la infancia de Goku y las aventuras que corre durante este tiempo; posteriormente la serie evoluciona para convertirse en Dragon Ball Z en donde vemos a un joven sayayin explorando su naturaleza extraterrestre y finalmente Dragon Ball GT la cual no es una adaptación del manga sino una extensión hecha directamente para la televisión (bastante mala por cierto).
Recuerdo perfectamente el éxito que tuvo en México, lo más curioso es que aquí la pasaban de lunes a viernes y por este motivo las repeticiones eran cosa de todos los días, de hecho en Japón su transmisión finalizó antes de los años noventa y en nuestro país concluyo a finales de esa década. Sin embargo y a pesar de que fácilmente los fans la vimos como 20 veces no te aburría (cosa parecida a lo que sucede con los simpsons) en lo más mínimo. Cuando por fin se transmitió el último episodio sentí que una parte de mi vida había concluido (lo sé, es bastante ridículo, pero tomemos en cuenta que las cosas que te gustan en la niñez nunca se olvidan) y las tardes no iban a ser las mismas.
Finalmente se fue el boom o eso parecía y es que después de una adaptación japonesa asquerosa, la Twenty Century Fox dio luz verde para una cinta live action de goku y compañía. De entrada parecía algo extraño ya que la naturaleza del anime requiere de gran presupuesto para que no se vea chafa, pero el presupuesto es de 100 millones de dólares y un elenco que poco a poco va tomando forma. Para el papel de Goku tenemos a un actor relativamente desconocido de nombre Justin Chatwin quien lo más conocido que tiene es el protagónico de la reciente Invisible; en el papel de su némesis Piccoro tenemos a ¡Spike!, perdón, a James Masters y recientemente se revelo que Jamie Chung (¿quién?) en el papel de Milk (o Chichi) la fiel esposa del sayayin, todos dirigidos por James Wong (otra vez ¿quién?). La fecha de estreno tentativa es para el siguiente año aunque lo dudo mucho porque ni siquiera han iniciado grabaciones y se dice se filmará en México.
La verdad no se que pensar de este proyecto, digo claro que sería lindo verla, pero todos los elementos que la rodean hacen pensar en lo peor. Pronto veremos si las sospechas son infundadas o estamos ante un bodrio de proporciones épicas.
Dragon Ball fue una serie que tuvo su origen en el manga creado por el legendario Akira Toriyama publicado en Shonen Jump entre 1984-1995 y que tuvo tres fases: se relata la infancia de Goku y las aventuras que corre durante este tiempo; posteriormente la serie evoluciona para convertirse en Dragon Ball Z en donde vemos a un joven sayayin explorando su naturaleza extraterrestre y finalmente Dragon Ball GT la cual no es una adaptación del manga sino una extensión hecha directamente para la televisión (bastante mala por cierto).
Recuerdo perfectamente el éxito que tuvo en México, lo más curioso es que aquí la pasaban de lunes a viernes y por este motivo las repeticiones eran cosa de todos los días, de hecho en Japón su transmisión finalizó antes de los años noventa y en nuestro país concluyo a finales de esa década. Sin embargo y a pesar de que fácilmente los fans la vimos como 20 veces no te aburría (cosa parecida a lo que sucede con los simpsons) en lo más mínimo. Cuando por fin se transmitió el último episodio sentí que una parte de mi vida había concluido (lo sé, es bastante ridículo, pero tomemos en cuenta que las cosas que te gustan en la niñez nunca se olvidan) y las tardes no iban a ser las mismas.
Finalmente se fue el boom o eso parecía y es que después de una adaptación japonesa asquerosa, la Twenty Century Fox dio luz verde para una cinta live action de goku y compañía. De entrada parecía algo extraño ya que la naturaleza del anime requiere de gran presupuesto para que no se vea chafa, pero el presupuesto es de 100 millones de dólares y un elenco que poco a poco va tomando forma. Para el papel de Goku tenemos a un actor relativamente desconocido de nombre Justin Chatwin quien lo más conocido que tiene es el protagónico de la reciente Invisible; en el papel de su némesis Piccoro tenemos a ¡Spike!, perdón, a James Masters y recientemente se revelo que Jamie Chung (¿quién?) en el papel de Milk (o Chichi) la fiel esposa del sayayin, todos dirigidos por James Wong (otra vez ¿quién?). La fecha de estreno tentativa es para el siguiente año aunque lo dudo mucho porque ni siquiera han iniciado grabaciones y se dice se filmará en México.
La verdad no se que pensar de este proyecto, digo claro que sería lindo verla, pero todos los elementos que la rodean hacen pensar en lo peor. Pronto veremos si las sospechas son infundadas o estamos ante un bodrio de proporciones épicas.
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