Seamos sinceros ¿cuando fue la última vez que fuimos a ver una película mexicana?. La verdad es que para bien o para mal ya estamos predispuestos en este tema ya que inmediatamente relacionamos una película mexicana con un producto malo.
Y es que la mayoría de los cintas hechas en nuestro país además de malas son pretenciosas, intentan copiar formulas de otros lugares en vez de buscar una identidad propia y que a través de ella logren ser atractivos para el espectador. Pero bueno, respondiendo a la pregunta creo que desde El crimen del Padre Amaro (una mierda) no iba a ver una película hecha en nuestro país.
No sé porque, pero por alguna razón me dieron ganas de ir a ver Arrancame la Vida, segundo largometraje de Roberto Sneider (Dos Crímenes) que se basa a su vez en la novela de Ángeles Mastreta. Creo que sin ser una maravilla es bastante entretenida y disfrutable, aunque tiene algunos pecados que no la hacen ser tan buena.
Las actuaciones son a veces buenas y otras medio malitas. Quien se lleva la película es Giménez Cacho quien encarna a un macho muy divertido y Ana Claudia Talancón da muestras de virtudes actorales y cumple aunque tampoco es digna de un premio pero digamos que cumple.
El problema que le vi a la película es que es demasiado plana. No se si así es la novela pero nunca pasa algo que detone emociones y cuando pasan cosas son resueltas de forma torpe. Esto hace que la segunda mitad de la película se torne un poco tediosa y creo que es culpa del guión así como del director.
En lo que se refiere a la ambientación y esos detalles que normalmente son mirados con lupa en películas de época, Arráncame la Vida cumple tomando en cuenta que el presupuesto no da para tanto. La fotografía es buena aunque siento que se pudo sacar mayor provecho de las posibilidades que brindaba la trama.
No diría que es una obra maestra ni mucho menos pero en estos tiempos de poca oferta cinematográfica se convierte en una opción decente para ir al cine. Pero aguas con el hype porque en todos lados ya la ponen como un clásico y la verdad es que no.
Lo mejor: El macho que encarna Giménez Cacho.
Lo malo: Que la historia daba para más pero algo salió mal en el proceso y no llega a ser lo que podrá haber sido.
Lo inecesario: Los desnudos de la Talancón. Digo, no los desprecio ni mucho menos pero llega un punto en dejan de ser atrayentes y eso es un grave error en este tipo de escenas.
Y es que la mayoría de los cintas hechas en nuestro país además de malas son pretenciosas, intentan copiar formulas de otros lugares en vez de buscar una identidad propia y que a través de ella logren ser atractivos para el espectador. Pero bueno, respondiendo a la pregunta creo que desde El crimen del Padre Amaro (una mierda) no iba a ver una película hecha en nuestro país.
No sé porque, pero por alguna razón me dieron ganas de ir a ver Arrancame la Vida, segundo largometraje de Roberto Sneider (Dos Crímenes) que se basa a su vez en la novela de Ángeles Mastreta. Creo que sin ser una maravilla es bastante entretenida y disfrutable, aunque tiene algunos pecados que no la hacen ser tan buena.
Las actuaciones son a veces buenas y otras medio malitas. Quien se lleva la película es Giménez Cacho quien encarna a un macho muy divertido y Ana Claudia Talancón da muestras de virtudes actorales y cumple aunque tampoco es digna de un premio pero digamos que cumple.
El problema que le vi a la película es que es demasiado plana. No se si así es la novela pero nunca pasa algo que detone emociones y cuando pasan cosas son resueltas de forma torpe. Esto hace que la segunda mitad de la película se torne un poco tediosa y creo que es culpa del guión así como del director.
En lo que se refiere a la ambientación y esos detalles que normalmente son mirados con lupa en películas de época, Arráncame la Vida cumple tomando en cuenta que el presupuesto no da para tanto. La fotografía es buena aunque siento que se pudo sacar mayor provecho de las posibilidades que brindaba la trama.
No diría que es una obra maestra ni mucho menos pero en estos tiempos de poca oferta cinematográfica se convierte en una opción decente para ir al cine. Pero aguas con el hype porque en todos lados ya la ponen como un clásico y la verdad es que no.
Lo mejor: El macho que encarna Giménez Cacho.
Lo malo: Que la historia daba para más pero algo salió mal en el proceso y no llega a ser lo que podrá haber sido.
Lo inecesario: Los desnudos de la Talancón. Digo, no los desprecio ni mucho menos pero llega un punto en dejan de ser atrayentes y eso es un grave error en este tipo de escenas.
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