Estas últimas semanas hemos escuchado por todos lados (específicamente de las televisoras) que el partido que se celebrará el día de hoy entre la selección mexicana y la de Honduras será una guerra, que el pase al hexagonal final esta en riesgo y que estamos frente al juego más trascendental de la historia del fútbol mexicano.
Seamos honestos, será un partido difícil y hay una serie de factores que influyen pero al fin y al cabo la selección de nuestro país es muy superior a la de ellos. Aunque se pierda, se necesita una verdadera catástrofe para que los comandados por el sueco Ericksson no pasen a la siguiente ronda de una de las zonas más pobres futbolisticamente hablando de todo el mundo.
El único problema que yo veo reside en los jugadores. A partir de que algunos juegan en Europa se sienten hechos a mano, juegan pensando en cuidarse y no lesionarse en vez de romperse el alma en cada partido, lo cual me resulta absurdo debido a que la mayoría no son titulares en sus equipos y deberían echarle ganas para que los entrenadores de sus respectivos equipos vean que son buenos y los tomen en cuenta.
Otro de las cosas que afecta el rendimiento del conjunto es la terquedad del entrenador por darle responsabilidades a jugadores que están en proceso de desarrollo o que de plano no tienen los arrestos necesarios para enfundarse la verde. Y es que sabemos que muchos jugadores son muy buenos en sus equipos pero a la hora de jugar con la selección, se asustan, se esconden y no tienen el peso necesario para hacer diferencia.
Pero finalmente, si no califican, no hay problema, no pasa nada, finalmente es sólo un juego y sería un buen escarmiento para que todos los actores que participan en el fútbol mexicano, cuiden más el negocio con el que se enriquecen en lugar de sangrarlo hasta dejarlo moribundo.
Seamos honestos, será un partido difícil y hay una serie de factores que influyen pero al fin y al cabo la selección de nuestro país es muy superior a la de ellos. Aunque se pierda, se necesita una verdadera catástrofe para que los comandados por el sueco Ericksson no pasen a la siguiente ronda de una de las zonas más pobres futbolisticamente hablando de todo el mundo.
El único problema que yo veo reside en los jugadores. A partir de que algunos juegan en Europa se sienten hechos a mano, juegan pensando en cuidarse y no lesionarse en vez de romperse el alma en cada partido, lo cual me resulta absurdo debido a que la mayoría no son titulares en sus equipos y deberían echarle ganas para que los entrenadores de sus respectivos equipos vean que son buenos y los tomen en cuenta.
Otro de las cosas que afecta el rendimiento del conjunto es la terquedad del entrenador por darle responsabilidades a jugadores que están en proceso de desarrollo o que de plano no tienen los arrestos necesarios para enfundarse la verde. Y es que sabemos que muchos jugadores son muy buenos en sus equipos pero a la hora de jugar con la selección, se asustan, se esconden y no tienen el peso necesario para hacer diferencia.
Pero finalmente, si no califican, no hay problema, no pasa nada, finalmente es sólo un juego y sería un buen escarmiento para que todos los actores que participan en el fútbol mexicano, cuiden más el negocio con el que se enriquecen en lugar de sangrarlo hasta dejarlo moribundo.
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