Con el reciente estreno de la última parte de Resident Evil otra vez el tema de las adaptaciones de los videojuegos al séptimo arte. Está cinta que toma ciertos elementos del juego nos trae a una nuevo personaje llamado Alice (dejando de lado a los protagonistas del juego) la cual es sujeta a experimentos por parte Corporación Umbrella obteniendo habilidades sobrehumanas las cuales son usadas para combatir a una horda de zombies creados por un virus.
Realmente las dos anteriores encarnaciones a está nueva cinta son bastante malas, simplemente cómo un vehículo de lucimiento para la protagonista dejando de lado la interesante historia de su contraparte electrónica.
La verdad es muy difícil adaptar de forma integra las historias que nos emocionan al ponernos al mando de un control, en gran medida por que la historia no es el elemento central (aunque obviamente existen notables excepciones) en estos. La parte más importante recae en la parte de los gráficos y como se juega. Aunado a ese factor, el cine requiere ciertos elementos en narrativa y estilo que no son tomados en cuenta en un videojuego.
Otro factor es la cantidad de público al cual va dirigido. Los juegos para consolas si bien es cierto que tienen una base de fans bastante grande, no es suficiente para que una película tenga éxito. Los estudios de cine invierten grandes sumas de dinero y obviamente quieren ver una retribución en taquilla, de ahí que se tomen ciertas concesiones para llegar a un mercado más amplio que se vea reflejado en la taquilla y que de paso genere secuelas.
En la mayoría de los casos los resultados han sido desastrosos (sólo recordar a Mario Bros. y Street Fighter). Para que los fanáticos no se desilusionen deben de tener en claro que no van a ver lo mismo que jugaron, sino un divertimento que toma de pretexto la premisa de un juego para desarrollar una historia completamente distinta.
Por mi parte está tipo de productos no son de mi agrado, por lo que he decidido no verla para que dejen de ser rentables y los estudios dirijan su atención hacia otro lado, dejándonos en paz con estás molestas y terribles cintas.
Realmente las dos anteriores encarnaciones a está nueva cinta son bastante malas, simplemente cómo un vehículo de lucimiento para la protagonista dejando de lado la interesante historia de su contraparte electrónica.
La verdad es muy difícil adaptar de forma integra las historias que nos emocionan al ponernos al mando de un control, en gran medida por que la historia no es el elemento central (aunque obviamente existen notables excepciones) en estos. La parte más importante recae en la parte de los gráficos y como se juega. Aunado a ese factor, el cine requiere ciertos elementos en narrativa y estilo que no son tomados en cuenta en un videojuego.
Otro factor es la cantidad de público al cual va dirigido. Los juegos para consolas si bien es cierto que tienen una base de fans bastante grande, no es suficiente para que una película tenga éxito. Los estudios de cine invierten grandes sumas de dinero y obviamente quieren ver una retribución en taquilla, de ahí que se tomen ciertas concesiones para llegar a un mercado más amplio que se vea reflejado en la taquilla y que de paso genere secuelas.
En la mayoría de los casos los resultados han sido desastrosos (sólo recordar a Mario Bros. y Street Fighter). Para que los fanáticos no se desilusionen deben de tener en claro que no van a ver lo mismo que jugaron, sino un divertimento que toma de pretexto la premisa de un juego para desarrollar una historia completamente distinta.
Por mi parte está tipo de productos no son de mi agrado, por lo que he decidido no verla para que dejen de ser rentables y los estudios dirijan su atención hacia otro lado, dejándonos en paz con estás molestas y terribles cintas.
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